En la sala de un consultorio veterinario se encuentran dos perros, un hermoso pastor alemán y un doberman, igualmente grande y bello. El pastor le pregunta al doberman:
- Por qué estás aquí?
- Bueno, a mí me van a sacrificar...
- ¡Ah, caray! ¿Y por qué?
- Bueno, el caso es que le mordí la manita a la bebita de mi dueño.
- Oye, ese no es motivo... ¿no te pueden perdonar?
- Lo que pasa es que la bebita tiene tres meses y casi le arranqué la mano.
- ¡No chinges! ¿Por qué hiciste eso?
- No sé, simplemente sentí ganas de hacerlo... Pero dime, ¿por qué estás tú aquí?
- Bueno, lo mío fue también cuestión de ganas. Me estaba bañando con mi dueño, él se agachó para recoger el jabón y no me aguante las ganas... me fui por detrás, lo sujeté con mis patas y me lo atore.
- ¡Ay, no mames, cabrón! ¡Segurito que a ti también te van a sacrificar!
- ¡NO! A MÍ SOLO ME VAN A CORTAR LAS UÑITAS.
juar juar juar juar... muy wueno Señora... procuraré cortarme las mías ora que te conozca ;P
ResponderEliminarScaramouche
jejejejejejeje
ResponderEliminarahhh que cagdo estuvo . . .
¡Me encanta tu sentido del humor!
ResponderEliminaryo tengo un pastor aleman y no le corto las uñas pero yo hasta me las arreglo por un minuto a tu lado
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