Comenzaba el verano de 1967. Dicen que Hendrix, aunque
apenas comenzaba a hacerse conocer en Estados Unidos, fue invitado al Monterey
Pop Festival, en California y había mucho interés por escuchar su música.
Aún eran los años de los Beatles, pero algo estaba por
suceder. Aquel festival en el que los ácidos, la mariguana y otras drogas
naturales y sintéticas corrían de mano en mano y de garganta en garganta, se iba
fraguando el llamado verano del amor en que, una cultura joven y crítica daba
un mensaje de disidencia. De pronto, Jimi Hendrix con su Stratocaster y una
buena cantidad de droga navegando por sus venas, tocó por 40 minutos una de sus
mejores presentaciones. En la última canción “Wild Thing”, enloqueció, fornicó
con su guitarra y después, en una especie de holocausto, la quemó y la destruyó
golpeando con ella todo el escenario. El público había visto un momento clave
de la historia.
Un año después de aquel despertar en el verano del amor, en 1967, vino la primavera
del 68. Una generación de jóvenes en varias partes del mundo que alzaron la voz y dijeron con
la certeza de que los argumentos justos estaban de su lado, que el sistema
había caducado ¿Será que en 45 años se hable de los jóvenes de hoy en España,
en Chile, en Grecia, en México, con el respeto que se habla de los que hicieron
del 68 un año memorable?
Por cierto, hoy también se cumplen 197 años de que Napoleón Bonaparte fue derrotado en la Batalla de Waterloo. Prefiero hablar de guitarras.
Mi Diosa de la Belleza, como no hablar de guitarras si con solo verte, te me imaginas como una de ellas, pero claro tú eres la mas fina que pueda existir. Besitos Q
ResponderEliminarMuy interesante!
ResponderEliminarScaramouchemx
Fornicar, mas bien diria hacerte el amor con su musica e intensidad que solo Jimi tenia. Gracias a la vida por esos acordes y esos sonidos que enamoran a cualquiera. Saluditos
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