LAS BUENAS LENGUAS

(O PORQUÉ LAS NIÑAS TAMBIÉN RESEÑAN)


En realidad nunca me pongo a pensar quien estará al otro lado de la puerta. Para mí es una chamba y cuando debo atender a un cliente me da igual si está mamado como William Levy o pachoncito como Beto el Boticario (qepd). Guapo, feo, alto, bajo, listo, tonto, triste, contento, peludo como oso o lampiño como nalga de bebé; no importa, no voy preguntándome si he de encontrarme al príncipe o al sapo, para mí, quien abra la puerta será una persona que está pagando una buena lana por un servicio de primera, y es justamente eso lo que llego a dar, sólo veo a un cliente a quien consentir lo mejor que puedo, darle sus besitos, su apapacho, su oralcito bien tratado, su encamada y demás peripecias y maromas. Claro que si me sale guapo ¡qué suerte! Pero ni modo que le haga su descuentito ¿verdad? tampoco cuando alguno me coge rico es motivo para devolver el presupuesto ya ejercido, así es esto, un negocio que, como todos, tiene sus momentos gachos y sus momentos disfrutables, aunque tal vez el único trabajo en el que cuando te va bien, además de lana te llevas un orgasmo.

Que eso vaya a suceder es algo que no puedes prever, pero me encanta cuando un cliente logra procurarme un buen orgasmo. De esas veces que te hacen apretar las sábanas y ahogar un grito. Ayer me pasó, no era un chavo demasiado guapo, igual apenas calificaba en el rango de simpaticón, más de treinta, menos de cuarenta, tipo niño bien, igual hasta mamonsón, piel blanca, cabello castaño, manos grandes y buen conversador. Un hombre normal, con buen porte pero con quien, si me lo hubiera topado en la calle, ni siquiera habría volteado a echarle un ojo, sin embargo, algo pasó cuando nos dimos el primer beso. Es difícil describir un buen beso, labios suaves, ternura, caricia, humedad (sin llegar al chapoteo), sensualidad. Me cogió de las manos, me miró fijamente (hasta entonces me di cuenta de que tenía bonitos ojos), luego tomó mi barbilla con su índice y pulgar y me dio un besito dócil y con sabor a menta (labios hábiles, lengua traviesa). Me gustan esos besos donde la lengua sabe hasta dónde llegar, que se siente rico, no invasivo (hay güeyes que en vez de besar parece que quieren explorarte las amígdalas a lengüetazos, eso no me gusta). Creo que el beso es la primera frontera para una buena cogida, es como la aduana donde sabes si todo va a salir bien o si de plano será un desastre estrepitoso.

Con el beso vinieron las caricias (Pacientes y certeras). Con sus labios rozando la comisura de los míos, metió su mano derecha bajo mi falda, trepando mi espalda con la izquierda, ensortijando mi cabello, apretando el beso, entonces me acercó a su cuerpo y sentí el paquetote ya entusiasmado que latía urgentemente bajo sus pantalones. Para cuando nos deshicimos de la ropita yo ya estaba súper lubricada y con tantas ganas, que de no ser porque amablemente el caballero ya me había pagado, se me habría olvidado que estaba allí chambeando y no había sido un buen ligue de antro. Me recostó, me besó de nuevo desde los labios hasta el ombligo, luego. no he de decir exactamente cómo lo hizo, pero sí que el trabajo de su lengua fue tan esmerado que de pronto estaba en la estratósfera. El orgasmo fue tan intenso que acabé haciéndole un cascanueces, apretando su tatema con los muslos, ni así, él dejó de estimular. Estuvo riquísimo, pero ni modo de preguntarle al cabrón, oye corazón ¿cuánto te debo? Lo mejor que pude hacer para corresponder sus finas atenciones, fue atenderlo lo más, pero realmente lo más chido posible. Lo hicimos dos veces, ambas padrísimas. Después de él, me fui a dormir. Fue de esos días en que trabajar es un gusto enorme.

CARA: 9
CUERPO: 9
LENGUA: 15
ACTITUD: INTACHABLE
REPETIRÍA: CON UN ALKA SELTZER

4 comentarios:

  1. Wooowww, que envidia y que lujo poder llevarte al infinito y compartir contigo Lul... neta que sí me animo. Grazie hermosa doncella

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  2. oyes Lul... una preguntita ¿por qué todas las chicas "del oficio" les llaman "corazón" a los clientes?

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  3. Mi opinion es que con los años los hombres aprendemos que es mas placentero ver y sentir el orgasmo femenino, da mas placer que el orgasmo propio ya que cuando el hombre eyacula se baja lo exitado y ver a tu pareja es muy pero muy exitante que tenga muchos orgasmo

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