El guerrero dragon


Nací con una cualidad que para el negocio del sexoservicio es una verdadera calamidad, tengo un olfato muy sensible. Soy rehén de los olores. Un buen olfato es estupendo en más de un sentido, pero cuando parte del trabajo consiste en poner la naricita cerca de aromas de todo tipo, esta habilidad es un verdadero tormento.

Hace unos días atendí a un gringo. El típico business man gabacho, güerito color camarón, pelos de elote y el español indispensable para comunicarse con los mexicanos que trabajan acá en la empresa que representa. Era una buena persona sin otra intención conmigo que pasar un buen rato con una mexicanita cooperativa. Todo muy bien cuando lo vi, amable, prudente, caballeroso. El rollo valió madre cuando el buen samaritano se acercó para darme un beso. ¡Santa madre de Dios! A ese cabrón le habían cometido un homicidio a media boca y nadie le había avisado. O sea, en buena onda, traía un aliento hijísimo de la tiznada, capaz de fumigar al olfato más constipado. Ese gringuito no era un ser humano, era un puto dragón. Un escusado del estadio Azteca en juego de la selección huele mejor que aquella boca panteonera. Casi me tumba en el primer aliento.

Pobre gringo, la neta es que a mí me encanta dar besitos, siempre me ha parecido una parte muy importante del servicio, pero cuando cae un cabrón al que se le está pudriendo la lengua, besarlo se me hace imposible si no quiere que le responda con una desagradable arcada a medio beso. Evité los besos y aguanté la respiración, pero aun así la cosa estaba ya del nabo, pero no bastó con eso, cuando el distinguido hombre de negocios de le hermana república del norte tuvo a bien bajarse los pantalones para que yo le ofreciera una atenta y servicial mamadita, fui nuevamente repelida por un aroma sorpresivo e insoportable. Justo allí, donde la pierna y los blanquillos hacen bisagra, había un olor a queso fermentado más impactante que el madrazo de un boxeador peso completo. O sea, el grandísimo cabrón no era un cliente, era un arma química o bacteriológica. Era tan rancio el aroma que sus huevos expedían que continuar el oral, aun con el condón y soportando la respiración al máximo, era algo prácticamente imposible. Casi de inmediato pedí que hiciéramos el amor y, bien viva, luego, luego me puse de a perrito. Cualquier cosa con tal de poner mi nariz lo más lejos posible de aquellos olores. Fue una cita terrible para mí, no sé si él se haya dado cuenta, pero estoy segura que de haber encontrado a un hombre higiénico, yo le habría hecho pasar un mucho mejor rato que el que le di con ese servicio tan jodido para mí.

Es una de las cosas que no entiendo de este trabajo. Quienes nos contratan son caballeros que ya gastaron entre $400 y $500 pesos por una habitación, $2,300.00 por coger durante una hora, tantas veces como el cuerpo aguante, con su oral, besitos y demás apapachos, ya tuvieron seguramente otros gastos para estar allí, como es entonces que entre tanta cosa, no puedan gastar otros 30 pesos en un cepillo, 30 más en un tubo de pasta dental y 10 pesitos en chicles o pastillas que neutralicen el cebollazo. Tampoco entiendo cómo si en promedio entre su llamada y que nosotras tocamos a su puerta hay unos 15 o 20 minutos de espera, porqué no todos aprovechan tomando una fresca ducha. No digo que nada de eso sea obligatorio, en cualquier caso una trabaja y atiende al cliente lo mejor que tu nariz te lo permite, pero es lo más caballeroso que pueden hacer por la chavita a quien piensan pasarse por las armas y además es en beneficio del cliente, pues si su cuerpo huele bien y sus besos saben frescos, será más fácil para nosotras entregarnos plenamente y hacer disfrutar al cliente como se merece. Puedo incluso animarme a afirmar que en este negocio no hay afrodisiaco más efectivos para una chica, que un trato amable y buen olor. Sólo por eso, si un día una chica con la que quieren hacer el amor (de paga o no), les ofrece una menta o un chicle, no lo tomen como una cortesía, es una orden por el bien de todos. Son de esas cosas para pensar ¿no?

7 comentarios:

  1. jaja estuvo gracioso...

    aunque aun tengo mis dudas de tu redaccion...

    saludos hermosa

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  2. Lulu:

    Vaya experiencia tan Gringa, jajaja, me cae que si yo estubiera en tu situacion si le hubiera dicho, a ver mi Brother, ve a darte una ducha y lavate la buchaca, igual y ya ahi mejoraba el asunto, no se, pero bueno, cuidado para la proxima, jajaja.

    Salu2

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  3. C'est la guerre!

    Comprenderás que son los "gajes del oficio", caray.
    Creo que toda profesión los tiene. Al taxista, lo asaltan. Al médico, le falla a uno que otro paciente (y lo entierra). Al contador, le falla uno que otro balance (y lo entierra también... en los archivos). Al arquitecto, se le puede caer una casa (mientras que al ingeniebrio, se la tiran por fea!. Jejeje, mal chiste. Continúo).

    Y tienes razón. Supongo que no sólo pasa con los "gringous". La gente ya no es considerada con los demás. Y quizás haya un leve sentimiento de que "si uno paga, tiene derecho a hacer lo que le venga en gana". Cosa que es absolutamente descortés y egoísta. Si le agregamos a esto que los caballeros ya no se ponen de pie cuando una chica se acerca a la mesa, o se para de ella (NO en ella; en este caso aún se paran, pero a aplaudir y dejar el "billullo" en la tanguita, jejeje! Perdón. Sigo...), supongo que habrá quienes no consideren la cortesía de la higiene para con su compañera, aunque sea temporal, de intimidad.

    Aunque... ¿sabías que hay personas que aún creen que los "humores" masculinos "al natural" excitan (!!!???) a las chicas? Habría que explicarles que una cosa es excitar y otra "fumigar" a la pareja en turno, caray!

    En fin. Me entretuvo leerte. Nos volveremos a escribir, espero.

    Atentamente,
    el higiénico Caballo con Cuerno ("tallado" con zacate una vez al día).

    P.D. Suerte en la escuela. Y con los "pipopes", jeje.

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  4. Ok, ok, entendido y anotado. El día que me toque contigo, procuraré estar "rechinando de limpio" y.... mmm, a lo mejor se vale preguntar ¿cuál es la loción que te gusta?

    Scaramouche

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  5. A mendigo gringo, dicen que con la tortilla quemada untada en los dientes es una buena limpieza bucal, por eso ah de tener dinero ese we por ke como ahorra tanto hasta ni se compra articulos de limpieza personal eda? jajaja

    ademas del jabon chikito y el shampoo en el hotel deverian dar un par de cepillos y una pasta dental. pero ya sera cuando ponga mi cadena de hoteles

    besos lulu

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  6. Lulú:

    Definitivamente, comparto contigo la sensibilidad en el olfato y gracias a esto, hay buenos y malos recuerdos a la hora de recordar aromas.

    La parte agradable es cuando tenemos el placer de estar en el momento justo y así poder degustar de esos aromas que nos dejan marcados y en algún momento de nuestra vida por diversas razones, cuando necesitamos sentirnos bien o necesitamos de ese aroma, lo sacamos de nuestros recuerdos y es curioso, pero volvemos a olerlo y sentirlo. ¡Qué placer!

    Al leer tu post, me recordó la experiencia con una Diva. Como sabes, en los lugares de playa, es común que a la mayoría de los alimentos se les agrega mas ajo de lo normal, más aún tratándose de mariscos. En estos encuentros nunca pueden faltar los besos y justo en el momento que me disponía a besarla, se le salió un ligero eructo mata vampiros, así es que tuve que dirigirme hacia otro lado para poder respirar, la cuestión es que cuando no estás acostumbrado a comer ajo, llegas a sudarlo y el olor que se desprende es una mezcla peculiar, mas si le sumas 38 grados de calor y un 90% de humedad, supongo que a la Diva omitió estos elementos de la naturaleza. En este caso, antes de pagar el servicio no la olfatee cual perro antidrogas como para poder huir antes del encuentro, por lo que tuve que buscar la manera de no estar frente a frente. Eso sí, cuando llego y me saludo, hizo hincapié “Que rico hueles” y si, mi pene fue recompensado por esto, además dicen por ahí que el ajo sirve como antibiótico y desinfectante.

    Un beso Lulú.

    Goldest

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  7. Oye y porque no mejor le dijiste bamos a bañarnos juntitos y ya entre jueguito y jueguito por lo menos lo tienes limpío, yo asi le hice a un tipo con el que andaba, el no era cochinon pero un dia si su amiguito olia feo, asi que lo bañe,

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